Navidad del Corazón

Diciembre, días de prisas, celebraciones, despedidas. Los malls, supermercados y ferias se ven abarrotadas de gentes que buscan lo necesario para festejar la Navidad, el obsequio preciso para la familia, los amigos, compañeros de trabajo, vecinos. Algunos en su afán olvidan al verdadero protagonista de este evento. Olvidan a ese niño que en una noche de diciembre nos entregó su mensaje de humildad, de amor total. En ese portal de Belén había pobreza, mas los seres que allí convivían estaban plenos de ternura, de alegría y la compartieron con quienes les visitaron. Hoy pienso en los niños que aún no han podido superar totalmente su dolor, aquellos que sufrieron el horror de una catástrofe en el sur de Chile. Sin duda, recibirán algunos obsequios como juguetes y golosinas. Pero el cariño, la hermandad de otros niños que no han sufrido ¿cuáles serán sus presentes, sus regalos?... A los escolares de esta región, tan privilegiada de bienes naturales y materiales, les propongo: mandar un mensaje de amor, de esperanza, que les de certeza que estos niños del norte, piensan en ellos, están con ellos. Pidan la colaboración de sus profesores para comunicarse con los colegios del sur. Seguro les darán alegría. Y ustedes también la tendrán, pues habrán donado lo mejor de su corazón.
¡Feliz Navidad para todos!

María Eliana Duran
Colegio de Profesores
La Serena

Réquiem para una Escuela

Una Escuela es el corazón de una población, de una comunidad. En él se cobijan los sueños, anhelos, ambiciones de futuro. Palpitan las esperanzas de padres e hijos, porque al correr de los días se vuelva más liviano, más llevadero. En el saber, en el crecer y aprender se funda la identidad de ser personas útiles para la sociedad en la cual se desenvuelven. Como profesora tuve un tiempo de vivir el día a día con los niños y adolescentes del "Colegio José Gaspar Marín". Las aulas claras, acogedoras estaban completas en su matricula. Los alumnos lucían impecables. En los recreos campeaba una bulliciosa alegría, si bien es cierto, había algunos problemas de conducta, ello era consecuencia de la ausencia de padres que los protegieran y guiaran.
Sin embargo, había un espíritu de mucha colaboración. Al llegar la navidad todas las salas lucían sus arbolitos navideños traídos y adornados por ellos. Hoy me pregunto: ¿qué habrán hecho de sus vidas? Tal vez sean los padres que protestan por el cierre de la escuela que los educó y piden lo mismo para sus hijos.
¿Cómo hacer que la escuela José Gaspar Marín siga siendo el faro luminoso de esa comunidad? No puede apagarse la luz del saber y la cultura. Propongo a las autoridades y quienes tienen el poder de decidir su destino, crear un Centro Cultural que alberge distintas disciplinas como: Artesanías, Folklore, Gastronomía, Gimnasia para niños, jóvenes y adultos mayores. También se podrían formar grupos de excursionismo. Todo es posible cuando se tiene la voluntad de servir. Anhelo y deseo a la población Juan XXIII cuente permanentemente con ese refugio, ese lugar de encuentro y buena vecindad, como lo es el recinto de Lincoyan, mirando a los cerros que verdean en primavera.

María Eliana Duran
Colegio de Profesores
La Serena, Noviembre 2010

Preguntas y respuestas

La Corporación Opción (Protección y defensa de los derechos de los niños y
adolescentes) ha realizado una encuesta a los niños chilenos con motivo del
Bicentenario.
El estudio se realizó solamente en ocho regiones con niños de todos los
estratos y temas como visión del Chile actual y futuro. Ellos creen que Chile
será un mejor país, que habrá más oportunidades para las personas.
Sin embargo, se dan cuenta que existe la discriminación.
Ellos ven que hay grupos a los cuales se discrimina, como son las minorías
étnicas. Y pienso en nuestros mapuches y pascuenses. Habría sido más justo
saber lo que ellos opinan cuando ven que los derechos de sus mayores han
sido vulnerados. ¿Esperarán acaso, un futuro de bonanza, de igualdad, de
entendimiento con quienes habitan el mismo suelo y miran el mismo cielo?
Difícil saberlo.
Hoy quiero decirles: disfruten su presente, lo que les ofrece, nuestro amor de
hermanos, cuidando y compartiendo generosamente los dones y frutos de la
tierra que habitan.
Miren hacia el mañana con optimismo, con la esperanza de un Chile
venturoso para todos.
¡Y sean felices!
Expreso un deseo a los colegas profesores; incluyan en actividades
extraprogramáticas la enseñanza del mapundungun. Ojalá sea un vehículo de comunicación y armonía entre chilenos.


María Eliana Duran
Colegio de Profesores

Maestras... Maestros

Sin duda no se olvidan aquellos seres humanos que gravitaron en nuestra infancia y adolescencia, maestros y maestras. Me place recordar la maestra Melania en su escuelita rural, el Silabario Matte y su eterna sonrisa. Las "tantes" del Kindergarten, autenticas tías venidas de Alemania, quienes desplegaban ante nuestros ojos maravillados esas cuentas de vidrio de mil colores, los rompecabezas con fragmentos de los cuentos de Grimm, Perrault, H. Cristian Andersen...
Los Títeres, el pequeño escenario donde actuaban. La música grabada en discos de metal dentro de una caja de madera girando al accionar una manivela y escuchar la canción del Tanenbaum y el árbol navideño iluminado.
Cómo no recordar las monjitas alemanas, con su infinita bondad, el Internado en un entorno de ensueño: el huerto y las flores de la hermana Claver, la vista a la bahía cambiante según las horas del día. Las interminables clases de piano (duraron 6 años), los coros, las danzas, alegorías y dramones sobre las luchas entre moros y cristianos en España. Recuerdo haber representado una princesa cautiva de un moro enamorado. Además eran importantes las clases de urbanidad: (buenas maneras, cortesía, etc.). Los idiomas, el inglés con "miss" Lena y su inseparable sombrero; el francés con "monsieur" Víctor Hugo, un profe muy solemne. También estaba el Seminario de los jesuítas, sus clases de Liturgia y Oratoria con un gran orador el padre Rogelio. Después el Liceo, allí descubrieron mi afición literaria gracias a mi profesora de Castellano quien me enseñó el cariño por la palabra escrita. Finalmente la Escuela Normal, con su Revista literaria, sus concursos y los primeros galardones.
Y mis grandes maestros, los libros: El Tesoro de la juventud, los Clásicos (europeos, rusos, orientales).Ellos son mis amigos, dan calor a mi alma, nutren mi mente, me acompañan por los que he perdido en el camino... A todos ellos habitantes de un país sin límites mi perdurable afecto.

María Eliana Duran
Colegio de Profesores
16 de Octubre, Día del Profesor

Fragmentos

a Fernando Moraga

Estoy bebiendo lo que queda
de mis días,
he escrito algunas cosas
que me parecen bien.

Camino por las calles
con los brazos caídos,
esperando encontrar a los amigos
de siempre.

Hablo con los pájaros,
el viento, los mendigos,
buscando entre suspiros
algo más que ofrecer.

María Eliana Duran
Octubre 2010

Por qué escapé a la prosa

por León Danilo

(Presentado el 24 de septiembre 2010 en la Ex-Iglesia Santa Inés)



Por qué escapé a la prosa…


Realizo mi trabajo de escritor para derrotar a la adversidad, para suavizar el ritmo violento del mundo; en mi fría tumba, espero estar libre de todo, incluso del odio, el rencor, el resentimiento, la amargura, el mal, la aflicción, la pena, el dolor, los tormentos, los celos, las deudas, la envidia, la paranoia, la locura, de las sombras, los temores, la frialdad, la traición, la perfidia y de tu amor enfermizo; dicen que nacemos libres pero vivimos encadenados, es necesario sacudir el yugo; la muerte además de compañera fiel por siempre, será mi liberadora.

Sucede: Veo pasar a la mujer de mis sueños con el hombre de sus sueños.

Cuando llegué al CLCMC me entero de que no tiene una sede para hacer sus reuniones y poder tener su biblioteca; por ello escribí algo parecido a décimas, de las que leo un pequeño fragmento:

Campanas de La serena
que saludan cada tarde
cuando el sol apenas arde
detrás de nieblas ligeras,
pueblo de las mil iglesias
pecador como cualquiera,
malaya quien lo dijera
por lo que estamos pasando
la sede andamos buscando
y nadie nos considera.
Días de niebla y de bruma
con escasos resplandores
viven hoy los escritores
y aunque no paran las plumas
la situación nos abruma
y es un tanto bochornoso
por no decir afrentoso
no tener la propia sede,
en verdad lo que sucede
no es un misterio gozoso.
Escribir es noble causa,
más en tierra de Gabriela,
y lo que a todos desvela
es no tener la propia sede,
veremos lo que sucede
con nuestras autoridades
que tramitan a raudales,
la ilustre muni está sorda
haciendo la patria gorda,
postergando lo que vale.

Algún día existirá nuestra sede; mea culpa: el CLCMC cumplió 57 años de existencia, ¿por qué no nos preocupamos antes de tener una sede propia?
No somos los únicos dueños de la esperanza eterna: Según García Márquez, “Tranquilina Iguarán es la sembradora del germen de las ilusiones eternas; cuyas generaciones de descendientes murieron esperando la pensión prometida por el gobierno y para la cual llenó todos los formularios y con la cual ella también soñó y sin lograrlo murió conforme creyendo que sus hijos la recibirían” .

El querer, el enamorarse es porque tenemos carencia de algo; igual que el adicto, busca en las copas o en unas líneas suplir alguna de sus carencias; en definitiva enamorarse es perder poder, dejar de ser, es entregarse; nada me falta, ya no te amo, no te necesito, para todas las cosas me las arreglo solito.

Dice Bierce, el Amargo: “El cínico es un granuja que en virtud de su visión defectuosa, no ve las cosas como debieran ser, sino como son”.
Digo yo: qué pasaría si desde mañana todos empezamos a decir la verdad.

Siempre hay otro peor: La envidia es un estado de ánimo ingrato causado por la felicidad ajena; el envidioso dice: “tu felicidad es mi desgracia”; hay otro más perverso que dice: “tu desgracia es mi felicidad”.

Las calamidades del hombre no son una entera desgracia; cuando llegan a ti, al menos tienes la oportunidad de contemplar la espalda de tus amigos mientras se alejan.

Los aborígenes entorpecen el suelo pisado por los conquistadores, luego lo fertilizan. Fco. De Aguirre, torvo conquistador, encontró a su llegada a La serena, que los diaguitas eran bravos y valientes, pidió refuerzos y se dedicó a exterminarlos; hoy tiene su premio, la avenida principal de la ciudad lleva su nombre, tiene gran estatua y se le rinden honores.

No importa el precio: Algunos creen que es bueno ser comido por un buitre para así poder volar y contemplar desde arriba las altas cumbres.
Todo comienza cada día para otros, el tiempo acaba solo para mí; hasta las aves que alguna vez cantaron serenas en los cables del tendido eléctrico y en los árboles de enfrente, comienzan a emigrar; mis días se acortan imperceptibles, el sol se oculta, la noche lentamente llega mientras tú te alejas; hasta la golondrina que se quedaba cada año a pasar el invierno en lo alto del molino se ha ido esta temporada porque los niños se entretenían tirándole piedras; por ganar mi libertad me he quedado solo; tal vez ese sea al premio.

Que se pudran en el infierno los que contaminaron los humedales de Valdivia y mataron, entre otros, a los cisnes de cuello negro.

En solemne ceremonia se entregó el premio Nobel de la Paz, en un castillo, rodeado de guardias y con fuerte vigilancia policial.

Debes salir de una vez por todas de la caverna de tus pensamientos; pensamos demasiado y de prisa; pensamos mientras corremos tras el éxito, pensamos mientras hacemos el amor, hasta que ella, desde arriba pregunta ¿qué te pasa?; necesitamos parar, es como si lleváramos una máquina de pensar en la cabeza con movimiento continuo.

¿Cuántas veces luego de subir a la montaña quedamos desilusionados, cuántas veces al verla a ella de cerca quedamos desilusionados, cuántas veces luego de cincuenta años de matrimonio quedamos desilusionados?; como antídoto para remediar esta situación, se inventaron los edificios de veinte pisos.

Es parte de la condición humana, querer tapar nuestros problemas, nuestros demonios, nuestras debilidades; la costumbre de tapar los cadáveres tirados en la calle, es para no verle los ojos; nadie quiere ser mirado desde la muerte, necesitamos poner distancia porque de alguna manera, esa muerte es obra de todos, es la muerte de todos.
Ante se tapaban los cadáveres de la calle con diarios, se dejó esa costumbre porque algunos se ponían a leer allí las noticias y se molestaban cuando retiraban el muerto.

Escribiré en mi tumba, dedicado a esos humanos levantados de raja que se pasean como si fueran inmortales e imprescindibles.



A ellos, con humildad, desde la profundidad de mi fosa les diré, cada vez que pasen ante mi tumba, con mi epitafio: Disculpe que no me levante.

“No hay cambio sin sueño, no hay sueño sin esperanza; la esperanza necesita de la práctica para volverse historia concreta; nadie camina sin aprender a caminar, sin aprender a hacer el camino caminando, sin aprender a rehacer, a retocar cada día el sueño por el cual nos pusimos a caminar un día” , amén.



Razón tenía Nicanor Parra cuando afirmaba que “No es que falten camas en los hospitales públicos; lo que pasa es la atención en dichos hospitales es tan buena que los enfermos tardan más de la cuenta en morir y no desocupan las camas a tiempo”.



León Danilo.

Bicentenario

Los noticiarios informan: Festejos, programas y proyectos en desarrollo con motivo de nuestro glorioso Bicentenario patrio.
Admiro este país y a quienes lo pueblan, que siempre se ha sabido reponer ante la adversidad de la naturaleza. Admiro su sentido solidario y de hermandad entre nosotros, su calor humano en tiempos de dolor. Siento un profundo respeto por nuestros próceres y héroes, pilares de la independencia. Y también admiro y respeto a todos aquellos que un día abandonaron sus países de origen para venir a servir y construir un país lejano llamado Chile. Me refiero a los precursores de la educación, la ciencia, la industria, la navegación.
Todos ellos que nos legaron su talento, su energía, su tesón. Su mirada futurista y de progreso.
Pienso también en los colonos que poblaron el sur del país a mediados del siglo XIX. Me inspiran su compromiso, su valentía en las difíciles circunstancias en las cuales debieron actuar, abriendo caminos y prosperidad a las generaciones futuras, compartiendo su labor, sus tradiciones, su cultura, su amor por esta nueva tierra que los acogió.
Me siento honrada de ser descendiente de ellos, les saludo a la distancia y doy las gracias.
Y yo te saludo, Chile, desde lo más hondo de mi ser, te doy mi fuerza, te doy mi aliento.
Mi abuelo paterno belga fue contratado por el gobierno de Chile para construir el ferrocarril Ancud - Castro. ¡Felicidades!

María Eliana Duran
Colegio de Profesores

Plegaria en el recuerdo

a Jorge Martínez Castillo

MUY RECORDADO AMIGO JORGE:

Como integrante del CIRCULO LITERARIO CARLOS MONDACA CORTES, del cual fuiste su Presidente y su verdadero GUARDIÁN TUTELAR, durante largos y fructíferos años de una brillante labor cultural, y HOY, con un verdadero afecto y un muy sincero cariño, te dedico esta PLEGARIA, como una impronta a tu sapiencia, basada siempre en tu buen carácter, enemigo de la falsa polémica y de irrestricta adhesión a los principios de honestidad, autodisciplina, responsabilidad, pertinencia y gratitud, virtudes que tú, JORGE, siempre llevaste en algún pequeño rincón de tu noble corazón y que alumbrada por la siempre lógica luz de tus pensamientos, fuiste siempre como un testimonio vivo y generoso, pues las bondades imaginarias o reales que existen entre los hombres, se hallaban plasmadas en tu persona, en tus hechos y en tus verdades, de espiritualidad inmanente que jalonaron tu importante vida. En tu hombría de bien, siempre te motivó el deseo de conocerte a tí mismo, y al mismo tiempo trataste de conocer y respetar el pensamiento de los demás, en este frío mediodía de INVIERNO todavía, hoy estamos frente a tu tumba tus verdaderos amigos, y no los que viven, llevando en sus cuerpos y sus mentes, sólo hipocresía, mentiras y rencores, disfrazados de una falsa amistad.
RECORDADO AMIGO JORGE: los aquí presentes, hoy te decimos que tu pecho generoso,merece nuestra PLEGARIA, es este nuevo Aniversario de tu CIRCULO LITERARIO. La nuestra es una sincera plegaria de cariño, que la sentimos como un himno de dulzura y de dolor, que te estaremos enviando siempre dondequiera que te encuentres allí, donde ahora yacen tu cuerpo y tu alma, allí en tu nueva morada, donde ahora habitas como un fulgor de un cautivo lucero, JORGE, hoy te damos gracias por ser tus amigos, pues en tu paso por la vida, nos entregaste verdaderos surcos de perfección, que fueron como una larga lluvia de PAZ, que manaba de tu noble corazón. Ten la seguridad de que tan hermoso recuerdo lo llevaremos siempre en nuestros pechos, mientras la noche se duerme contigo y tu alma se despierta con el ALBA. Esta mañana, tus amigos te decimos, que hasta dormidos te sentimos, en ESPÍRITU, que flota, en el aire y en el viento, en la brisa y en el agua y en la oscuridad silente de la noche, y cuando el ETERNO nos llame, con mucho agrado nos reuniremos contigo, para agradecerte, una vez más, el cariño que en vida nos brindaste, ahora que estás junto al ALTÍSIMO, que ahora es tu sueño. Nuestra PLEGARIA de hoy, es para que tu duermas tu sueño profundo y eterno, alumbrado por las lámparas de tus ángeles guardianes que así reconocen tu condición de HOMBRE BUENO. JORGE, al dejarnos, nos robaste la alegría de ser tus amigos y te la llevaste a tu nuevo mundo, donde impera la paz y el silencio. Y en esta oportunidad, siempre triste para nosotros tus amigos, te Pedimos, que en un gesto muy humilde, te acerques a DIOS, y que ese gesto dulce y tremendo quede grabado entre las dunas do aire que alfombran tu cielo, para que en cada Aniversario de tu querido CIRCULO LITERARIO y también de tu triste partida, nuestra PLEGARIA se transforme en algo intangible e inefable, flotando en el azul del firmamento, como una cascada de alegría, como pléyades, que alumbradas por la luz de las estrellas, van cayendo desde el corazón del cielo, allá, donde ahora tu alma descansa en la PAZ ETERNA.

Hugo Bravo Acuña
13 de agosto 2010

Escribir y Ser Escritor

No es un buen día para el escritor si no ha puesto algunas líneas en la página que lo desafía desde su blancura.
Escribir es ponerse a trabajar y encontrarse con una rebelde página en blanco que se niega a ser desvirginada; “la mano en la pluma equivale a la mano en el arado” decía Arthur Rimbaud.
Escribir una epifanía, un nacimiento, una buena nueva; es vivir la vida interior de la manera más hermosa; es libertad; es crear nuevas realidades; es ser como los antiguos tibetanos que escribían, desde siempre, oraciones en banderas y las dejaban en campos y montañas para que el viento se las leyera a Dios, cada mensaje clavado era para ellos un gozo infinito, porque de esa forma lograban comunicarse con el Todopoderoso.
Escribir es la manera de burlarse de la muerte, es vencer al verdugo; escribir sería innecesario si existiese la felicidad aunque el lenguaje no alcance para consolarnos tanto como quisiéramos; escribir es salvarse de una vida monótona e irritada; es ir detrás de un sueño; es sentir la felicidad por instantes y la amargura de la derrota; es fertilizar y regar el desierto interior; es lograr hacer que el lector viaje, entre nubes hacia el cielo.
Es una lucha íntima contra la soledad; es el arte de arar y sembrar trigo al voleo y de todas las formas posibles; es dejar de estar atado al dinero; es no empezar a correr hacia la fama; escribir es dejar de cuidar las pertenencias, dejar de querer tener más que el vecino; escribir es comprender a San Francisco cuando decía: “Me hace gracia pasar por el mercado, hay tantas cosas que no necesito”.
Escribir es atreverse a mirarse al espejo; es tirar la redes con la esperanza de una pesca milagrosa; es descubrir que no piensas como quieres; que no eres lo que eres; es adentrarse en el “Yo soy el Otro” para tratar de descubrir las infinitas posibilidades que se esconden en nuestra identidad.
Es tratar de domesticar el lenguaje, siempre rebelde, ser dueño del tiempo y del espacio; es darse cuenta de que la vida es algo más que comer, engendrar hijos y hacer dinero.
Es decir ¡basta! a un mundo de incomunicación, incomprensión y malos entendidos; es hacer que gobiernen los humildes; es no llevar la oscuridad dentro de uno; es sentir el nacimiento de la obra que es como el parto de una mujer.
Escribir es hacer que el infortunio y el dolor de los Job del mundo desaparezcan para siempre; es tener los poderes del divino emperador.
Es descubrir, con gozo, esa dimensión de rebeldía, de aventura, de experimento y de juego incierto que tiene la profesión de escritor.
Es constatar que las palabras a veces están vacías, flacas y menguadas, mentirosas como la palabra del político; es poder condenar al infierno a todos los generales que se llevan lo mejor de la juventud a morir en la guerra.
Es dar con el peñón adecuado para decir: “ábrete Sésamo”.
Escribir es volver del infierno con la antorcha encendida con fuego robado al mismísimo demonio; es entender que cada crisis es la mejor bendición; es derribar todos los muros existentes; es impedir el avance del desierto; es caminar en dirección contraria al exilio y la desesperanza.
Es darse un respiro para estar, para conversar, para perder el tiempo, aunque éste y la muerte nos pisen los talones.
Escribir es reflejar el mundo; es regar el árbol aunque parezca seco; es tocar fondo con los fracasos como escritor y sonreír al ver que el único camino que queda es hacia arriba; escribir es no quedarse a la orilla de nada; es cuidar del árbol y sus nidos.
Escribir es hacer que la vida sea vida comprendiendo que es amor y odio, domingo de Ramos y Viernes Santo, celebración y duelo nacimiento y muerte, bacanal y oración.
Escribir es conectarse con los rumores del mundo; es hacer estallar los candados de la cárcel en que la sociedad ha encerrado tu libre albedrío; es dejar atrás la mirada domesticada, prejuiciosa y las gafas ahumadas que la uniformidad mediática quiere colocarte; es mandar al colegio a los niños sin el uniforme que los retrógrados les obligan a colocarse, como si se educara la ropa y no a la persona.
Es hacer que el héroe de la historia viva en un pueblo olvidado del mundo y muera sin conocer ni la fortuna o el amor o que llegue a emperador; es buscar formas para atravesar el río.
Es hacer público el pensar, es exponerlo como un grafiti; es escribir en el muro de los lamentos colocado en el centro de una plaza.
Escribir es vivir el presente pero viajar por todas las edades del tiempo y del espacio, para ser finalmente todo lo que se ha ganado en el viaje.
Es estar más solo que nadie y buscarse ayudado por el viento; es pagar las deudas al contado y no esperar que pague por nosotros, otra vez, el hijo del carpintero.
Es sembrar para cosechar primores y no abrojos; escribir es ver oír, gustar, palpar, oler; es evitar la jauría de lobos; escribir no es para decir cosas importantes sino cosas que lleguen al fondo del alma y del corazón.
Es evitar la tortura lenta y dolorosa de la soledad; es hacer más llevadera la travesía a pleno sol y sin agua; es poner el barco en su riel para ser botado al mar, a la aventura.
Escribir es transformarse en artesano, es darle vida a las palabras como el alfarero le da vida a la greda con sus manos.
Es vivir más intensamente, aunque se esté acabando la vida cuando llega la vejez ineludible.
Es no salir por la puerta falsa; es volver el reloj y el calendario y hacer el viaje a la semilla.
Es tener el poder de crear el mundo nuevamente, destruirlo y volverlo a crear; es no tener altar para piedras sin valor ni para dictadores.
Ser escritor es llegar a pensar que nulo ha sido el día si no pusiste unas líneas en tu página.
Ser escritor es armarse de valor y paciencia para una eternidad; Oscar Wilde nos dice: “Me pasé toda la mañana corrigiendo las pruebas de uno de mis poemas, y quité una coma. Por la tarde, volví a ponerla”.
El escritor es un audaz que se atreve a ponerlo todo en duda, es Sócrates resucitado; el sindicalista que traiciona a su gremio para ser militante fiel, que le dice amén a su partido, a su líder, a su jerarca, está castrado para la creación; el preguntón, el que desconfía hasta de sí mismo, el hombre de la sospecha, se halla más cerca de la creatividad que el serio, el sistemático, el crédulo o el engreído.
El que escribe y pone el alma en ello, no será nunca un trabajador inconsciente sino un artista en cada momento de su vida.
Escribir es proporcionarse el oxígeno que da vida espiritual que permite seguir viviendo más allá de la muerte.El autor viene de cordillera adentro, es representante de ninguno, descendiente de padres que no tienen historias honorables que contar, no tiene amigos influyentes en el gobierno ni en ninguna parte, es decir, camina por los desiertos, montes, campos y ciudades desnudo de poder, libre, no representa ningún interés para los francotiradores.
León Danilo